Insistir en continuar un proyecto que ha fracasado en las urnas es una temeridad o un acto de soberbia. Anunciar la presentación de una candidatura con equipo propio delante de tu propio equipo es una contradicción o una chulería. Pretender hacer creer que el único que no ha perdido es él, es un acto de desprecio a los militantes y una tomadura de pelo a los votantes. Mariano Rajoy Brey ha perdido toda credibilidad al justificar su apuesta por seguir a pesar de la derrota en la subida de votos y escaños. Pero sobre todo al anunciar que mantendrá los mismos principios, el mismo programa por el bien de España. Se erige en la salvaguarda de los valores patrios, del rancio abolengo que lo ha jaleado a ritmo de vallenato jugando a la carta de las dos españas. Por el bien de España viene Mariano y la cierra. La cierra al futuro de un partido que, en sus aspiraciones legítimas, merece otro tratamiento. Y esto no es serio.
Si al decir que volverá a presentarse de nuevo pero esta vez con su propio equipo, está reconociendo que durante cuatro años (con equipo impuesto) ha engañado a sus militantes y a sus votantes que le confiaron su trabajo y sus votos. Al decir que ahora va a ser independiente en sus decisiones está reconociendo que no lo fue anteriormente. Que la agenda de su gestión como jefe de la oposición no la rellenaba él sino el equipo mediático que a su vez se la pasaba a su equipo impuesto. Hasta el aspirante a acompañarle en el viaje a la Moncloa y todavía alcalde de Madrid, defenestrado por él o por ¿su equipo?, ha tenido que recordarle que “la historia del partido debe escribirse desde dentro del partido”. Es decir, que la agenda la tiene que marcar el líder del partido, con el partido. Y no los gurús de las ondas y de los periódicos que envuelven el pescado del día siguiente, y que estaban pidiendo su cabeza un minuto después de conocerse el resultado electoral. No lo va tener fácil Mariano con estos medios que, sin renovación, van a hacer oposición a la oposición. Incluso lo va a tener complicado con “Tele-Espe” como se le ocurra descabalgarla del equipo al que ella ya se ha apuntado. Por tanto si esto es así, si todo va a seguir igual, si solo va a cambiar al equipo va a tener que aprender a bailar con astucia y firmeza el chiki-chiki:
Uno: el brikindans. Equilibrar los poderes y sensibilidades (que queda más político) dentro de su partido.
Dos: el crusaito. Adaptar el discurso para intentar aumentar su techo. O lo que es lo mismo, abandonar la crispación y el enfrentamiento gratuito. Porque las elecciones, como está comprobado, no se ganan aunque se gane en Madrid y en la Comunidad Valenciana.
Tres: el maikelyason. Deslizarse con habilidad por los envites de los gurús de los medios ya no adscritos.
Cuatro: el robocó. Arrear fuerte en la cara de los agazapados que van a esperar pacientes el fracaso para postularse como salvadores.
1 comentario:
como siempre genial,
te sales
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