viernes, 7 de marzo de 2008

Isaías

La convivencia exige aceptarse. Incluso a aquel que odias con más fuerzas. Discrepar es aceptar la opinión del otro aún cuando no la compartas. Argumentar las posiciones, los pensamientos, las ideas, los proyectos. No puedo entender un mundo en donde no quepan las ideas de todos. Es lo que nos hace libres. Pensar y argumentar. Exponer nuestro pensamiento, extenderlo a quien nos quiera oír. Aceptar al que no nos quiere oír. Y seguir siendo libres. Sin distinción. Pero tengo mis limitaciones. No puedo entender al que asesina ni tampoco al que, de alguna manera, lo apoya.

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