miércoles, 13 de agosto de 2008

Con-Tacto


Sigo sin entender el último emoticono. Ma dejao bluf, no sé, igual no era yo lo que pensabas. Nunca te mentí; o sí. Bueno solo un poco. Fue fruto de la conversación. Tú estabas preguntando y preguntando (tantas ventanas abiertas, tantos mirones), perfilando, haciéndote una idea que no podía yo tumbar así de pronto. Por eso no sé si sigue en pié lo de mañana, no mas hablao en el msn hoy. Pero la sustancia es lo que importa, digo yo. Y creo que a poco que te empeñes, un tanto así, no mucho, podría dar la talla. A ver, también tú me dijiste que calzabas una cien sin llenar los pulmones. Yo te dije veinte. Ya lo arreglamos. Venga, te paso los dias libres que tengo esta semana, por si quieres quedar. Es que no sé cómo lo tienes. Así cuadramos días y horas. Puedes ser un rudo marinero con una sirenita tatuada en el pecho; un viejo lobo de mar y yo un grumete vomitando en popa. Me da igual. Quiero conocerte. Ochenta y cinco y quince ya hacen cien. Cumplimos porcentaje. Yo voy a ir. Llevaré una gorra de Bruce Springsteeng que le tangué a mi padre. Lleva el sudor de los conciertos de Madrid y de Barcelona, y esa caspa pegajosa que no sale ni con “cillin- bangs”; pero le tengo cosa. Si no quieres venir, o no te dejan salir, (tanto estudiar no es bueno) lo entenderé aunque me joda. Qué coño, no lo entenderé. Me pasaré toda la tarde deshojando los aros de la cebolla de mi hamburguesa. Ni probaré la cocacola pensando en ti y en esa cam de los veinte duros que no me deja verte bien pero me pone burro. Te estoy diciendo que me gustas, o así. Aunque no sé por qué. Porque la verdad es que nunca me gustó el fondo de tu pantalla. Total, ya casi nunca te conectas, y yo estoy harto de mirar la foto que nunca me enviaste. Pero si vienes, me pongo allí en cero coma.

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