Aunque yo parezca muy liberal y ateaza, me eduqué con las monjitas, y como todo en la vida, tenían sus cosas buenas y malas, muchos de sus consejos todavía me sirven a dia de hoy.
Ellas decian que todas las noches antes de dormir, tenías que reflexionar sobre lo que has hecho durante el día, para aprender de los propios errores y forjar una opinión objetiva respecto a las cosas. Que teníamos que preocuparnos, llorar, y encontrar una solución, o no. Y una vez dedicado tiempo a recordar y reflexionar, a dormir y al día siguiente todo se ve desde una óptica más optimista y real.
Con los muertos de la guerra, unos pudieron reflexionar y llorar y han podido dormir.
A otros se les mandó a la cama sin saber qué, cómo y por qué pasaban las cosas..., no te despiertas de la misma manera.
Unos han olvidado la guerra desde un estanco despachando sellos, llevando flores cada 1 de noviembre, limpiando la lápida cada vez que llueve y con el orgullo de "morir por la patria".
Otras olvidaron la guerra llorando en silencio mientras se quitaban el pellejo de las manos en una mata de tomate, mirando con tristeza las cunetas cada vez que iba al cardíologo a Badajoz.
"Un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla"
B: señora I. ¿sabe que hay una ley para la memoria histórica? ¿sabe que estamos buscando a su marido?
I.V: Tenéis que encontrarlo antes de que yo me muera para que yo me entierre con él, pero si no lo encontráis antes, hazme un papel que diga que lo enterraréis conmigo
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