jueves, 8 de abril de 2010

El hombre silente


Cada vez que salta a la luz pública algún caso que perjudica a su partido se produce el silencio de Mariano. Casi todo el mundo piensa que su mudez obedece a falta de liderazgo o al temor de verse salpicado por alguna cuestión que le afecte personalmente. Están equivocados. Ese silencio obedece a la profunda reflexión de un estadista responsable, que está por encima del bien y del mal y que ocupa todo su tiempo en salvarnos de esta profunda crisis y de todos los males que nos puedan afectar. Es la actitud normal de un auténtico conducator, de un político de altura que no permite que nadie le diga lo que tiene que hacer.

Y ahí está él, cabalgando en el crepúsculo como los grandes héroes del western americano. Quizá se esté acercando el final de la película "El silencio de los marianos".

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