viernes, 25 de julio de 2008

¿Motín a bordo? Abran juego.




A menudo los partidos políticos utilizan diferente lenguaje al dirigirse a la militancia o al electorado no militante, y puede tener su justificación que merecería sin duda una reflexión más amplia o un debate que no viene ahora al caso. Nos encontramos en pleno proceso de congresos que finalizará en otoño en las agrupaciones locales (al menos en el partido al que pertenezco: el PSOE). Aquí (en los congresos) es donde se bate el cobre de la ideología y las propuestas; se miden las fuerzas, los apoyos, los equilibrios o desequilibrios entre agrupaciones y esas cosas domésticas que a unos divierten y a otros cabrean pero que a nadie dejan indiferente.

Ya hemos dicho en más de una ocasión que los congresos difieren mucho unos de otros dependiendo de si se está en el gobierno de las instituciones o por el contrario a la sombra de la gélida oposición. La sensibilidad es tal en estos procesos y la exigencia tan alta que cualquier votación que se dirima ha de superarse con más del 90% de los sufragios porque si no se considerará que existe un alto porcentaje de posibles competidores internos dispuestos a disparar con fuego amigo. Nos podrá parecer una exageración (cualquier otra elección que supere la mitad más uno de los votos se considera ganada por mayoría absoluta) pero es una cuestión instalada en el lenguaje de partido.

Así, tanto Guillermo Fernández Vara como José Montilla (por mencionar dos nombres que van a dar que hablar en los próximos meses) han ganado sus respectivos congresos por goleada. Cuentan con el apoyo total de su militancia. Los dos han manifestado su reserva sobre el documento base de financiación autonómica presentado por el ministro Solbes. Lo dos son Presidentes Autonómicos (si bien Montilla gobierna con el escozor de ERC y Guillermo con una holgadísima mayoría absoluta) y defenderán los intereses de sus ciudadanos con uñas y dientes.

La diferencia entre estos dos Secretarios Generales que pertenecen al mismo partido está en la forma de envidar. Mientras uno argumenta que no permitirá un documento que disgregue más que agregue, el otro amenaza con amotinarse en el parlamento de todos los españoles y votar en contra de los presupuestos que presente el Presidente del Gobierno que además es el Secretario General del Partido Socialista Obrero Español. Es antiguo el deseo del PSC de contar con grupo parlamentario propio en la Cámara Baja. Pero que yo sepa esto aún no ha ocurrido.

¿Os imagináis a la Ministra de Defensa del Gobierno de España votando en contra de sus propios presupuestos? Yo no. Ni ella tampoco, supongo.

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