viernes, 27 de junio de 2008

Demagogia


Al alba, desnuda de pudor, con desfachatez instalada, la marquesa de Madrid reduce su gobierno para afrontar la crisis. Se dice que está dispuesta a disolverlo y, en un acto de sacrificio personal, asumir ella todas las consejerías unificando funciones para mayor agilidad en la gobernanza. Esto, que no deja de ser un efecto populista y gigademagógico, encierra también algo de irresponsabilidad o alegría injustificada en tiempos de bonanza. A ver, si las funciones se pueden reunificar es que antes se habían diversificado engordando el gasto innecesariamente y enlenteciendo la toma de decisiones.

Que uno de los damnificados sea Lamela, el hostigador del doctor Montes, con la defensa a ultranza que ella hizo de él está (¿maliciosamente?) justificado por aceptar el ofrecimiento del infiel Brey (el de en medio de los primos) de entrar en la dirección del partido. Se ha cerrado un congreso para abrir un disgreso. Mariano tiene abiertos los mismos frentes que pretendía cerrar en Valencia. La transición canicular será un pretexto para reforzar conspiraciones microfónicas y de libelos. Entre tanto la rosa azul se dejará cortejar y abrirá sus brazos al voto del barrio de salamanca y a algún verso suelto de la periferia. ¡Qué tendrá Madrid que tanto seduce a algunos!

¡La que está liando Zapatero!

Menos mal que estamos en la final.

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