miércoles, 7 de mayo de 2008

Angustia instalada


Bueno, estuve fuera. No pude soportarlo y me fui. A buscar un reloj que marcara el tiempo a mi antojo. Estaba decidido a encontrarlo pero me faltó convencimiento. Los relojes marcan horas y minutos, pero eso no es el tiempo. No al menos el que estoy necesitando. Además, aunque les des la vuelta nunca retroceden. Y eso es jodido a veces. Porque no borra la angustia. Los relojes que inventamos, a lo sumo la van difuminando. Incluso alguno habrá que termine por hacerla desaparecer. Y puede agradecerse. Pero yo quiero que no haya existido. Despertar y que no quede rastro. Ni aquí ni en la memoria. Y más cuando no obtengo una respuesta clara. Una lógica (o ilógica) sucesión de realidades. Sin dobleces. Sin maquillaje. Sin contradicciones. No se puede disfrazar la lealtad. ¿Cuánto valen las palabras? No quería irme pero me fui. Aun no sé si he vuelto. Seguiré esperando. No puedo hacer otra cosa ahora que soy esclavo de mi pensamiento. Por fin he comprendido que el alma está en el cerebro. Y que no soy dueño de mis emociones. Debe ser por eso que tengo esta angustia instalada.

1 comentario:

Berkelia dijo...

¿que te pasa?
¿porque estas angustiado?
yo pense que tu eras de los que pensaban que "cuando te gegalan un gelog eges tu el gegalado"