No hace tanto, B, a cuento de la reforma laboral proponíamos desde aquí que nos parecía más urgente una reforma empresarial. O, al menos, que se hiciese de forma paralela a la reforma laboral. Y proponíamos algunas cuestiones que nos parecían fundamentales para esto y para el cambio de modelo productivo. Me estoy refiriendo a la figura de empresa socialmente responsable. A la que tiene muy en cuenta a sus trabajadores, proveedores y clientes; al entorno en donde se asienta, y no solamente a su cuenta de resultados. Hoy descubro en el blog del Consejero andaluz de Empleo una fórmula que me parece acertadísima: serán los propios ciudadanos los que mediante una herramienta informática controlarán y medirán la responsabilidad social de las empresas. Participación ciudadana al más alto nivel, por cuanto cualquier incentivo que solicite una empresa deberá estar "certificado" por lo que ya se ha dado en llamar Social Confirming: en palabras de Manolo Recio, la etiqueta que demuestre que una empresa es socialmente responsable.
Iniciativas como ésta habría que seguir muy de cerca para su implementación en todas las administraciones.
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