lunes, 6 de abril de 2009

Solchaga: el restaurante


Apagados los gritos de las monterías.
Saciada la sed del disparo al ministro.
Aparecen nuevas mancebías
alrededor de un plato de pisto.
Jueces y políticos otra vez
se reúnen en torno a una mesa.
En la agenda tarta de frambuesa,
en el plato cosas del poder.
Que el judicial y el ejecutivo
se vean debe ser cosa normal.
Hacerlo en apartadillo,
cual rinconete y cortadillo,
se aleja de lo formal.
Pero Granados sigue vivo,
pues debe ser natural
reunirse en un restaurante
y no en un coto nacional
con luna en cuarto menguante.

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