Dear B.:
Sigo pensando en la necesidad de ir a votar el próximo 7J, y hacerlo progresista para que se conforme un amplio grupo de socialistas europeos. No solo (y ya sería suficiente argumento) porque el grupo popular (la derecha europea) hizo un intento serio de implantar un horario laboral de diez horas de lunes a sábado, y cinco horitas más los domingos (para completar las 65); sino porque he conocido esta mañana a través de el plural el informe del Personero del Común del peligroso giro hacia la privatización que está imprimiendo Esperanza Aguirre a la sanidad madrileña. Estas son las recetas que aplican estos neocon-ultralib. Pretenden cargarse con lluvia fina pero con total descaro uno de los principales (si no el más) pilares del estado del bienestar: la sanidad universal, pública y gratuita. Me costaría mucho entender (si no es por garrafales errores de comunicación de las propuestas progresistas) que las personas comunes aceptásemos pagar por ir al centro de salud a curarnos un resfriado (si, ya sé que esto último es una exageración, pero me inquieta porque se podría llegar a esto). Sería ir retrocediendo sin remedio en el progreso que las comunes personas hemos ido conquistando con tanto esfuerzo. ¿Entonces, aparte de cotizar (nosotros y nuestros empleadores) a la seguridad social tendríamos que pagar una iguala de esas para acceder al ibuprofeno?
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