#Extremadura es una región conformada, fundamentalmente,
por gente trabajadora, sencilla y capaz a la que la historia no le concedió ni
una sola ventaja. Gente que con su esfuerzo personal y colectivo comenzó a
poner luz en sus calles y sus vidas con el advenimiento de la democracia. Gente
que puso en valor, con empuje e ilusión compartidas, su mayor patrimonio, su
propia dignidad, para conquistar el futuro, huyendo de la veleidad de unos
pocos que durante mucho tiempo, demasiado tiempo doblaron voluntades a capricho…
Se estaba consiguiendo…
En democracia tenemos la oportunidad, el deber y el
derecho de votar en cada proceso electoral la opción que se nos antoje. Unos lo
harán en un intento de ejercicio racional, otros por impulso o atendiendo
emociones, conducciones o mímesis tan características de todo ser humano. Todas
son legítimas pues pertenecen a un acto de libertad. Pero lo que no merece
ningún pueblo es que ningún dirigente que salga de las urnas dedique todo su
tiempo y su esfuerzo en borrar las páginas de la historia que, como parte, no
le interese. Que se dedique a pregonar, fanfarrias incluidas, que la historia
de una región comienza con su llegada.
Esto ha pasado en #Extremadura desde que el Partido
Popular ganó las elecciones el pasado #22M aun sin mayoría absoluta y se coronó
el emperador @JAMonago, con el apoyo (¿por omisión?) de una Izquierda Unida que
ahora se ha visto no tan unida. Un presidente ¿por accidente? que ha invertido
todas las horas de todos los días de todos los meses desde que fue investido en
gestos, muecas y escenografías para hacernos creer que es el más guay, el más
dicharachero y el más popular de los populares. Cambios en los nombres, cambios
en los asientos de la Asamblea…Todo eso le sobraba por no ser ni urgente ni
prioritario, y porque el mandato no era para eso.
Ganó, le dieron los votos para gobernar desde el diálogo
y el consenso obligados por su no mayoría absoluta. Pero esas dos palabras,
diálogo y consenso, no están en el adn de esta moderna derecha extremeña sino
solo en su demagógico lenguaje: el de la apariencia (deberíais verlos en los
tour que hacen por las tdt-partys). En aparentar que se es lo que no se es, que
se piensa lo que no se piensa y que se dice lo que conviene decir para seguir
aparentando. Fachada. Pura fachada organizada y planificada para desviar la
atención de lo importante, de lo sustancial, anteponiendo lo accesorio.
Ocultando su incapacidad culpando al gobierno cuando estaban en oposición y a
la oposición cuando están gobernando. En esto ocupan el tiempo y los recursos,
cada vez más exiguos, de los extremeños.
Así que cuando llegó la hora de la verdad, la ley de
presupuestos, ese momento en el que el protagonista tiene que demostrar ante su
público que encabeza el reparto por merecimiento propio, el actor secundario Monago
mostró sus limitaciones, sus carencias y contradicciones. Presentó la ley a
pecho descubierto, con el aire de los señoritos ante el secretario en una
montería, seguro de la sumisión de sus socios preferentes, sin contar con la
sensatez de una parte de esos socios que anteponen sus ideas a cambalaches y
han obligado a sus diputados a presentar una enmienda a la totalidad.
Y aquí es donde el actor secundario Monago tira otra vez
de soberbia, olvidando y desdeñando el diálogo de los tiempos del 38 a 27
porque es parco en memoria y ya ha impuesto via Decreto que la historia empieza
con él, y apela a la responsabilidad y a la altura de miras. Momento carcajada.
Sí, porque todo sería de risa, de anécdota parlamentaria
si no fuese porque estamos como estamos, abiertos en canal por una crisis
abominable de abominables consecuencias. Si el paro no hubiese cortado de raíz
miles de proyectos de vida como una guadaña traicionera. Si no estuviésemos
sumidos en un hondo pozo de decepción por la genuflexión de la política ante el
dinero.
No sé cómo acabará este episodio. Tampoco esperen
disculpas por su torpeza al haber enseñado (y metido) la patita. No está esa
palabra en el diccionario de la derecha extremeña. Empeñados, como están, en
abolir ideologías para mantenerse en un poder que saben no han conquistado
volverán a culpar al partido socialista y pedirán, otra vez, la dimisión de
Vara.
Está por ver, también, la actitud final de Izquierda
Unida y de ese diputado 33 que se sienta en la Mesa. Todo se despejará en pocos
días.
Pero a la vista del todo, en la sustancia, solo se me
ocurren dos cosas: o el señor Monago es un inepto o miente con sibilino
descaro. O no sabe de qué va esto o por vestirse de barón rojo pensaba que
estaba hecho. Así que bueno sería descubrirlo, porque esta región merece otro
tratamiento.
#Extremadura no es región para ineptos…ni para
mentirosos.
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