sábado, 29 de octubre de 2011

Más de 100 mentiras


Han pasado más de cien días desde que José Antonio Monago se vistió de Presidente de la Junta de Extremadura y todavía anda ajustándose el traje. Que si el talle, que si la sisa…, que si le quito relleno a las hombreras que para eso soy deportista…

Para cualquier presidente novato; corrijo, para cualquier presidente habrían sido cien días durísimos dada la responsabilidad de echarse al costal la situación económica general y el futuro particular de las 115.100 vidas truncadas por el desempleo. No para Monago.

Para cualquier presidente hubieran sido cien días de atacar de manera urgente las cosas urgentes y de planificar y proyectar estrategias y acciones de corto, medio y largo plazo. No para Monago.

Este presidente por accidente (investido por un “extraño” pacto antinatura con IU; algún día tendrá que explicar IU los verdaderos réditos de este pacto) ha dedicado los primeros cien días de su gobierno a preparar su fondo de armario particular. Su futuro personal y el de los suyos. No el de la ciudadanía extremeña. El de los suyos.

Monago sabe que su triunfo electoral no está enraizado en propuestas que convencieran a las ciudadanas y ciudadanos de Extremadura. El 22 de mayo se votó en contra del partido que gobernaba en Extremadura por asociación con el partido que gobierna en España, desgastado por una crisis global brutal y despiadada y orquestada por gentes ajenas a la socialdemocracia, aunque no solo por eso (pero esa es otra historia que merece reflexión aparte). Por esto su urgencia principal es cómo instalarse.

Pero Monago se equivoca (y ahí está gran parte de su error continuo) en su empecinamiento de obedecer a pies juntillas los dictados de Redondo y Asociados*, que puede ofrecerle un par de fotos y poses de pasarela pero que carece (por desconocimiento u omisión) de poso de gestión (la ideología, como el valor en el ejército se les supone a ambos) y de gobierno.

Y así Monago ha consumido más de cien días en líftines y prótesis de silicona en lugar de remangarse (metáfora que le gusta mucho utilizar, por cierto) y ponerse a remar. Las acciones más sobresalientes de este periodo han sido, como ya todos conocemos, cambiar la ubicación de los grupos parlamentarios en el hemiciclo, borrar en los membretes la denominación estatutaria del ejecutivo de la región y recibir sin corbata en el despacho. También algunos desayunos presidenciales, que con el estómago vacío la sonrisa hacia la prensa es otra. Un triste balance y una pérdida de tiempo que, de haberse hecho por parte socialista, habría sido suficiente para la mofa la befa y el pitorreo de mediáticas cavernas.

Para maquillar las huellas de las ojeras de su cansancio por tanta dedicación no presenta los presupuestos, que son la columna vertebral de la política. Y para esto aduce que no sabe los números. Los demás sabemos que la intención es otra, que la intención tiene dos cifras y una letra (20N) y entonces hará lo que le manden, como siempre ha hecho. Lo que le manden desde Génova (que está en Madrid) en las políticas, y lo que le mande el señorito Iván** (¿recordáis los Santos Inocentes?) en las poses.
Monago es el “Paco el Bajo” de la nueva Extremadura.


*Redondo y Asociados es una empresa consultora de marketing político.
**Boss de Redondo y Asociados.

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