lunes, 1 de diciembre de 2008

La luz


Desconozco cuál sería el diferencial, si es que es cierto (dicen los entendidos que sí lo es), del déficit tarifario eléctrico; esto es, la diferencia entre lo que ingresan las eléctricas y lo que les cuesta producir la electricidad.

Desconozco igualmente si al final la subida (la CNE pedía un 30% de incremento) será de un 8% en dos tramos de 3 y 5, y si entrará en vigor el primero de enero o no.

Desconozco muchas más cosas. ¡Tantas cosas¡ Pero me parece que con la que está cayendo no es el momento de hablar siquiera de subidas en la factura de la luz. La sensibilidad del momento lo desaconseja. Y menos un ocho por ciento. Creo yo que sería más lógico dejarlo en el incremento del IPC y el cabreo así sería más digerible.

Y digo cabreo porque a las eléctricas (como a los bancos) se les llena la boca de miles de millones de euros cuando publican sus beneficios. Y porque se liberalizó el sector en su día por aquello de la economía de mercado, acabar con los monopolios estatales, etc., etc., y se suponía que con el libre mercado y la competencia se produciría con más calidad y mejor precio para el consumidor. El resultado salta a la vista. Ni una cosa ni la otra. Y si no, que levante la mano quien pueda elegir libremente compañía suministradora de electricidad. O cambiarse a otra cuando le apetezca.

Pues eso, que no nos cuenten historias, que no está el horno para bollos.

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