

El yerno del capo de Castellón dice que la sanidad pública es buena gracias a la privada. Y mientras esto dice, la lideresa se pasea bajo abucheos por un hospital público escudriñando sábanas y orinales que llevarse a los hospitales privados construidos con dinero público. Menudo lío. Entre tanto el déficit se dispara y el servicio se deteriora. La culpa de todo esto que ocurre en la Comunidad de Madrid la tiene Zapatero, fijo, porque los madrileños siguen votando Esperanza. Y Güemes sonríe y se atusa las ondas de niño feliz de la calle Serrano. “Es mucho mejor la privada, o sea”. “¿Por qué?” “Pareces tonto, porque allí no van pobres”.
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