lunes, 2 de junio de 2008

Apuestas



Las hay de todos los colores, y sabores. A ganador. A colocado. En vísperas de congresos y de elecciones. En el fútbol y en las carreras. Son habituales y consustanciales a nuestra forma de ser y de entender. Pero me ha llamado especialmente la atención este señor diagnosticado de mesiotelioma que se acercó a una casa de apuestas y apostó por su propia vida. Y ganó. Y ha cobrado su apuesta. Creo que ya ha renovado la misma apuesta un año más. Como algo que le motiva para seguir viviendo. Habrá más cosas claro que sí. Pero me quedo con la ilusión de jugar a la superviviencia. Y con su sonrisa de ganador.

1 comentario:

Imanol dijo...

A veces es éso estar vivo.